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Imagen tomada de laaventurademiembarazo.com

Necesidad de implantar esta práctica en nuestra atención a recién nacidos y lactantes ante procedimientos dolorosos

Se denomina analgesia no farmacológica a una serie de medidas profilácti­cas y complementarias que tienen como objeto la reducción del dolor y que no conllevan la administración de medicación.

Hace más de una década se pensaba que la incapacidad de los niños para verbalizar sus sentimientos y expresar su dolor era sinónimo de incapacidad para experimentarlo y recordarlo, por lo que no era un motivo de preocupación para los profesionales que cuidaban a los recién nacidos. Hoy en día existen numerosas pruebas que demuestran que los neona­tos son capaces de sentir el dolor. En los niños nacidos a término o pretérmino se ha demostrado una respuesta fisiológica y hormonal al dolor similar, y a me­nudo exagerada, si la comparamos con la de niños de mayor edad y personas adultas.1.

Dentro del concepto de analgesia no farmacológica se incluyen una serie de medidas profilácticas y complementarias que tienen como objeto la reducción del dolor y que no conllevan la administración de medicación. El mecanismo de acción de dichas medidas es variado, unas producen liberación de endorfinas endógenas y otras activan ciertos sistemas de neuropéptidos que tienen como efecto final una acción potenciadora de los opioides. Por último, otras medidas tienen como objeto “distraer” el dolor.

Las maniobras sobre cuya eficacia existen pruebas se describen como “uso de succión no nutritiva”, “la contención” (mantener al niño en posición de flexión y con los miembros próximos al tronco y hacia la línea media), “administración de sacarosa en diferentes concentraciones” y “el amamantamiento”.

Numerosos ensayos clínicos en la década de los 90 se han interesado en la analgesia no farmacológica, tanto en recién nacidos a término y pretérmino como en lactantes, cuando se realizan procedimientos dolorosos, como uso de lancetas para la obtención de sangre de talón o la administración de vacunas, la mayoría comparando diluciones de sacarosa con placebo, amamantamiento, ingesta de leche de fórmula, succión no nutritiva o maniobras de contención.2-8.

Pero no es hasta entrado el siglo XXI cuando se comienza a considerar la importancia de implantar la analgesia no farmacológica en las Unidades Neonatales y los centros de Atención Primaria con nuevos ensayos clínicos, revisiones sistemáticas y meta-análisis que inciden en la conveniencia de controlar el dolor y la efectividad del amamantamiento o la administración de sacarosa al 25% o superior como método de analgesia.9-11.

En España son destacables también ensayos clínicos que inciden en la importancia del uso de estos procedimientos para la disminución del dolor, medido en tiempo de llanto o aplicando la escala de malestar Nenonatal Facing Coding System (NFCS) modificada.12-14.

Dos documentos han sido muy importantes, por el impulso a la implantación de estos procedimientos en nuestro país: la publicación por el Ministerio de Sanidad y Política Social del libro-CD Cuidados desde el nacimiento. Recomendaciones basadas en pruebas y buenas prácticas1, así como la publicación de la técnica de amamantamiento cuando se realizan maniobras dolorosas y el acuñamiento tan afortunado del término “tetanalgesia”15.

En el presente número de Evidencias en Pediatría se realiza una lectura crítica de dos artículos relacionados con el uso de la sacarosa como analgésico, uno referido a su uso en recién nacidos16,17 y otro en lactantes18,19, que apoyan el uso de la sacarosa con este objetivo. Sumándose a la demostración de que el uso de soluciones orales, como glucosa y sacarosa, es eficaz para reducir el llanto en lactantes durante su vacunación.

Podemos decir que, a la luz de las pruebas obtenidas en estos últimos 20 años, para disminuir el dolor durante la toma sanguínea de talón y las vacunaciones, los procedimientos no farmacológicos como las soluciones de sacarosa y, sobre todo, el amamantamiento disminuyen el dolor de forma moderada. Al ser intervenciones de bajo coste, sin efectos secundarios y probablemente bien aceptadas, deberían implementarse durante las extracciones sanguíneas de talón y las sucesivas inmunizaciones durante el primer año de vida, especialmente en aquellos niños que han sido sometidos a procedimientos dolorosos.19.

Soriano FJ. Analgesia no farmacológica: necesidad de implantar esta práctica en nuestra atención a recién nacidos y lactantes ante procedimientos dolorosos. Evid Pediatr. 2010;6:72.

 

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