La epilepsia es una afección neurológica provocada por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en alguna zona del cerebro. Esta se manifiesta principalmente, a través de ataques epilépticos, los cuales consisten en una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva.
A pesar de, los avances médicos en cuanto al estudio de la epilepsia, siguen creándose varios mitos su alrededor, lo que dificulta su tratamiento. A continuación, exponemos algunos mitos y verdades sobre esta enfermedad.
- Si tiene sacudidas es Epilepsia: FALSO
Para considerar epiléptico a alguien, los ataques deben repetirse con frecuencia. Estos tienen cambios breves y repentinos en el funcionamiento del cerebro. Un ataque aislado no es epilepsia, sin embargo, dos en un lapsus de 24 horas puede ser síntoma de esta enfermedad y, es necesario visitar al médico.
- Durante una crisis epiléptica es necesario colocar algo en la boca de la persona para evitar que se trague la lengua: FALSO
Nadie se ha tragado la lengua durante un ataque, esto nunca sucede. Pero si es común que durante un ataque la persona se muerda fuertemente la lengua, y por más molesto que sea, esta cicatriza rápidamente. Sin embargo, si tratas de poner algo en su boca durante una crisis, puedes resultar herido, debido a la fuerza que ejerce la mandíbula durante el ataque.
- La epilepsia está relacionada con el retraso mental: FALSO
Algunas personas con retraso mental pueden experimentar ataques epilépticos, pero tener estos ataques, no implica necesariamente el desarrollo de una deficiencia mental.
- La epilepsia es una enfermedad incapacitante: FALSO
Aunque puede generar algunas limitaciones, muchas personas afectadas pueden llevar una vida normal, siguiendo estricto tratamiento. Los afectados por esta enfermedad tienen una inteligencia normal, de modo que pueden estudiar y ser competentes como el resto de las personas. Aunque hay ciertas profesiones o determinados deportes que no se deben practicar.
- La epilepsia tiene cura: FALSO
Lastimosamente no se ha hallado una cura a esta enfermedad. Sin embargo, los avances en la medicina han permitido que esta sea tratable. Los medicamentos anticonvulsivantes evitan que las crisis convulsivas se presenten. Para los pacientes fármaco resistentes, los cuales constituyen el 30% de las personas que sufren esta enfermedad, pueden optar por una cirugía que busca reducir las crisis inclusive desaparecerlas, sin embargo, solo el 10% de los resistentes al tratamiento farmacológico son candidatos a esta cirugía.